Cuando se publicó Mi nombre es Greta Godoy y salió en todas las redes sociales, me apeteció leerlo. Supongo que hicieron bien su parte de marketing y crearon en mí bastante #hype. Como siempre, decidí esperar a que se me pasara esa necesidad compulsiva e irracional de leerlo. A las lectoras de antaño, ¿os acordáis cuando preguntabais por un libro en la biblioteca y os tocaba esperar a que lo devolvieran? , ¿os acordáis de esa sensación?; pues esa es la que yo intento recordar para esperar y no caer en la trampa de todas y cada una de las editoriales. Sé que si pasa el tiempo y sigo con muchas ganas de leerlo, entonces es que merece la pena para mi de una u otra manera.
Pues con Mi nombre es Greta Godoy el tiempo pasó y, realmente, se me olvidó.
Pero el otro día lo encontré en la biblioteca y no sé por qué, intuí algo con él. Como que sabía que no era un libro que «necesitaba» leer. Pero entonces pensé que iba a comprobar si el libro era tan interesante como su publicidad me hizo pensar, o de nuevo volvía a caer en la trampa de valoraciones hinchadas, portadas bonitas, y sobreexposición en las redes. Quería volver a retarme para ver si acertaba o herraba.
No sé si intuís el tono con el que estoy escribiendo. Creo que si. Creo que ya sabéis el final de esta historia. Efectivamente, acerté cuando lo vi en la biblioteca: mucho #hype, pero el libro tiene poca sustancia.

¿Sabéis de qué va? Supongo que si seguís un poco las novedades, la respuesta es si. Si no, la historia trata de una chica que llegó a hacerse influencer gracias a su cuenta de Instagram y que, de repente, decidió cerrarla.
Sinceramente creo que lo que realmente me llamaba la atención de este libro era la ambigüedad que me creaba ese título Mi nombre es Greta Godoy y cuánto había de realidad en su historia. Su autora, Berta Bernad, ¿había pasado por algo parecido en realidad?, ¿transmitiría bien el libro ese punto extremo de cerrar su Instagram cuando era su principal fuente de ingreso?, ¿explicaría detenidamente ese mundo turbio que se entrevé ya entre influencers y ese «tras las cámaras»?.
Mega spoilers en acción, dejad de leer si os interesa el libro. Si, Berta Bernad fue influencer y cerró su IG cuando tenía 95000 seguidores {esto lo he investigado después de leer el libro}, pero no, la autora no consigue transmitirnos en el libro nada interesante sobre ese estrés que le causó ese giro en su vida, ni consigue enseñarnos mejor ese mundo de influencers y los problemas, las sensaciones que conlleva.
Berta Bernad simplemente cuenta una historia a modo de novela, que no sé cuanto tiene de verdad, y que se podría considerar bastante sencilla. Chica viaja-chica conoce a chico-todos los hombres del planeta se enamoran de la chica con solo verla-a la chica le llueven los trabajos por su cara bonita-chica tiene problemas existenciales porque le han dicho que está todo el día con el móvil-chico se pelea con chica-chica encuentra otro chico antes de que el otro la deje-chica viaja a otra ciudad confiando en nuevo chico-chica encuentra un apartamento de mega ensueño en un barrio hipermegacool de Nueva York-chico nuevo se ríe en la cara de chica empanada… ¿Sigo?
En definitiva, demasiado simplón. No sé, creo que podría haber profundizado un poquito más en todo, seguro que realmente pasó por momentos malos y que si hubiera sido capaz de transmitirlo mejor, el libro no estaría mal. Para mi, el libro tiene argumento para la realidad que estamos viviendo actualmente, pero la autora no consigue transmitirlo. ¿Si esto lo veo yo, cómo no lo ven los editores? Es que ni las historias de amor están conseguidas: primero un chico, después otro, después otro, ¡si es que el último del avión seguro que también pilló cacho!. Y después vuela a otro país, se inventa otra profesión y también tiene éxito. ¡Una flor, una flor tiene esta chica!
Siento ser tan dura con la crítica, pero es que encima he leído esta entrevista a la autora, y parece que ha escrito un libro que va a ser la tabla de salvación para adolescentes y personas que vean a Instagram como su futuro trabajo. No sé, es que la gente, además de tener éxito caído del cielo, se lo cree.
Creo que me van a denunciar por este post. Pido perdón, pero es mi opinión. Creo que las cosas hay que trabajarlas más. No sólo es Berta Bernad, también es la editorial Planeta. Vended el libro como una historia «casi» juvenil, con historietas de amor dentro de un marco actual como es la vida de las influencers e Instagram, y os lo compro. Si se dice que este libro va a cambiar la visión sobre ese mundo, no, mi crítica no será {ni es} favorable.
Mmmm, creo que me estoy pasando. Será esta crisis del coronavirus, que si esto es el fin del mundo,¡qué más da!.
Una cosa he de decir, su portada y edición me encantan. ¡Se ve que hay money!
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