En el mes de Noviembre, hice por primera vez el reto conocido como NaNoWriMo. Lo contaba todo unos días antes aquí.
Cuando empecé a hacerlo, sabía ya que escribiría una reseña sobre qué me pareció la experiencia sea cual fuera el resultado final. Supongo que hoy ha llegado el día para hacerlo, aunque haciéndome una crítica constructiva, debería haberlo hecho mucho antes. ¿Tal vez cuando terminé?
Supongo que no voy a contar nada nuevo a todo aquél que haya participado por primera vez, pero tal vez este resumen me sirva a mi misma para no caer sobre los mismos errores la próxima vez que participe. Estoy segura que lo haré, el año que sea, y con lo que contó Lidia sobre la biblioteca Brautigan en su última entrada, tal vez mande allí el resultado final para ser uno más de los manuscritos no publicados. Pero qué maravilloso es el «mundo libro», nunca me deja de sorprender.
He llegado a estas conclusiones.
- Hay que prepararlo muy bien antes de empezar, hará que escribas mucho más rápido y no te atasques. Yo pensé en los personajes principales, en la localización y una pequeña trama entre esos personajes principales; pero cuando empecé a escribir, desde la primera página, me di cuenta que no era suficiente. Necesitas a secundarios que hablen con los protagonistas, muchos escenarios distintos, incluir situaciones que los vayan definiendo, etc; cuanto más pienses ese tipo de detalles, más fácil será cuando empieces el reto.
- Crear hábito de escritura. Recuerdo que el primer día empecé con unas ganas impresionantes, también el segundo; después tuve un fin de semana de viaje para ver la familia y ya me olvidé hasta mucho tiempo después. Muy mal porque después me costó mucho volver porque me sentí {tan pronto} agobiada de que sería imposible conseguirlo. Al final de mes me costó menos. Por eso os digo, aunque sean 100 palabras, lo importante es que cada día escribas un poquito. Lo tendrás tanto en la cabeza que las manos se moverán por si solas.
- Hacer del momento de escritura un momento gustoso. No sé, ponerte cómoda, prepararte un café, escribir desde una biblioteca o cafetería {muy cool}, poner una luz cálida, escuchar música si puedes hacerlo mientras escribes… Para mi, que en ese momento tenía un bebé de tres meses, era un momento total de libertad. O bien E se quedaba con él cuando volvía del trabajo y me ponía a escribir como una loca o aprovechaba cuando mi malvado dormía; lo cierto es que ESCRIBIR para el NaNoWrimo se fue convirtiendo en uno de mis momentos del día.
- Seguir escribiendo a pesar de las dudas. Dios, que torpe me sentí con sólo comenzar. Empezaron a surgirme dudas de cómo se ponían los signos de diálogos entre personajes como si jamás hubiese leído uno sólo de ellos. Dudas con si poner diálogos o citarlos, dudas de qué tiempo verbal utilizar {¡¡¡pensad eso también previamente!!!!, deshice mil veces entre poner tercera persona o primera, y qué difícil es usar los verbos correctamente}, dudas con los entrecomillados de los que tanto uso hago… Todo esto hizo que escribiera un párrafo y borrara dos, lo cual es un error total en NaNoWriMo, donde lo importante es ESCRIBIR y llegar a 50000 palabras estén bien escritas o no. No vale copiar la misma palabra 50000 veces, pero tampoco estás escribiendo una tesis: ya habrá tiempo para corregirlo, editarlo, cambiarlo, cortarlo o reescribirlo si el resultado final te parece interesante.
- No hacer demasiado caso de la plataforma y redes sociales. El primer día perdí un montón de tiempo intentando averiguar como se subía a la plataforma mi progreso, ya que antes del día 1 de Noviembre el reto está cerrado y es imposible trastearlo para investigar. Erróneamente pensaba que incluso ibas subiendo tu texto cada día, pero no, tan sólo vas poniendo el numerito de palabras que has escrito. ¡Uf!, hasta que lo averigüé, y con cuánta gente hablé por twitter para que me respondieran tres o cuatro días después. Los que sabían del tema estaban escribiendo, no perdiendo el tiempo como yo y a los que pregunté. Tal vez si vas escribiendo el número de palabras que toca cada día y te sobra tiempo, ir actualizando tu progreso te da un subidón de los buenos, si no es el caso, no lo veo demasiado producente.

Consejos vendo y para mi no tengo.
Pues eso, que nos penséis que aquí habla una experta triunfadora del NaNoWriMO. Como supongo ya habréis deducido, no es el caso. Por supuesto que no conseguí el reto. Mis números fueron bastante penosos, tan sólo escribí 21673 palabras en total. No conseguí siquiera llegar al «quid de la cuestión» en la trama que tenía planeada en mi cabeza y lo que más me frustró: no conseguí plasmar en palabras las personalidades con las que yo quería dotar a mis protagonistas. Creo que en eso se convirtió practicamente todo mi grueso de palabras y a pesar de ello, no conseguí mi propósito.
En definitiva, que tal vez el NaNoWriMo haya sido una experiencia fallida pero, además de una vía de escape para mí que necesitaba en ese momento, ha hecho que valore mil veces más el trabajo al que se enfrenta un escritor.
No, un libro no sale solo, no consiste en sentarse y gastar tiempo escribiendo palabras en un texto en blanco. Un libro consiste en mucho trabajo. Investigar, escribir, reescribir, dudar, investigar nuevos caminos, volver a escribir. Todo eso es puntual, del momento en el que se escribe, pero ¿y todo lo que hay que saber de antemano? Conocer las reglas ortográficas al dedillo y lo más importante, saber transmitir. Qué difícil y complicado veo conseguir transmitir lo que tienes en tu cabeza, lo que tú quieres que el lector sienta al leerlo.
No señoras, un libro no es un NaNoWriMo.
Ni todo aquello que se acerque a un NaNoWriMo.
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