Lifestyle

In extremis

28 junio, 2020
Escribir como terapia

Hasta hace apenas tres horas, tenía la convencida idea de que hoy no publicaba.

Hasta hace apenas tres horas, mi jaqueca de más de tres días no me dejaba ni levantar la cabeza. Eso, unido al casi prácticamente un mes sin dormir, patrocinado por el estimable protagonismo de J y su «nueva normalidad nocturna», me han hecho hundirme literalmente.

¡Qué semana!. ¡Qué desastre de semana!.

La verdad, siempre he llevado bien no dormir pero al final, tarde o temprano, siempre encontraba un día en el que podía dormir del tirón y recuperar fuerzas totalmente. ¿Dónde queda eso?. Nosotros, que tuvimos la suerte de que J no daba un ruido por la noche y ahora… De verdad, llevo fatal el no dormir después de tantos días y días y el no ver un final cercano hace que la moral no remonte. Si alguien tiene ideas para animarme que me lo cuente, por favor.

¿En qué se ha traducido esto durante esta última semana? Pues gotita a gotita el vaso se ha desbordado y he sido totalmente improductiva. Cualquier actividad normal ha requerido un esfuerzo enorme, sobre todo a la hora de dar el paso para empezar a hacerlo. No he conseguido terminar algunos trabajos que tenía para esta semana, no he sacado la ropa de verano {para cuándo lo voy a dejar}, por supuesto no he sacado tiempo para proyectos personales que tengo que empezar a dar forma ya, no he pintado los exteriores de casa {tarea recurrente cada verano}, no he podido terminar de leer el libro que quería traer esta semana la blog, ¡si ni tan siquiera he andado los 10000 pasos la mayoría de los días!

En definitiva, desastre total. Lo peor de todo es que me siento fatal por ello.

Suelo llevar una agenda donde voy apuntando lo que hago o quiero hacer cada día. Curiosamente esta semana ni la he abierto. Y entonces me doy cuenta que además de ser un estado de malestar físico, también lo es anímico. No hay nada que me motive más que ver todos los días de la agenda rellenos con cosas que he hecho, y esta semana, no ha sido el caso. En blanco. Me resulta curioso que no haya sido capaz ni de abrirla.

Pero aquí estoy, una semana más escribiendo. Simplemente hablando sobre lo que me ha pasado esta semana y lo que esta tarde de domingo está pasando por mi cabeza. Y todo esto es gracias a la gentileza de una Coca-Cola. Una Coca-Cola normal, con mucho de azúcar, que una vez más me ha salvado de tres días de dolor absoluto. ¿Por qué no me la tomo antes? Eso digo yo, pero mi mente dolorida siempre recurre antes al dopaje de toda la vida, de toda mi vida más bien. Pero la de veces que una Coca-Cola lo ha cambiado todo después de muchos días de sufrimiento, son incontables. Debería tatuarme «tómate una Coca-Cola».

Y bueno, tal vez esta semana haya sido una auténtica mierda, pero el haber logrado este pequeño paréntesis para publicar hoy y seguir con el calendario propuesto en este 2020, me hace recargar la pilas para esta semana. Aunque esta publicación le interese a poquita gente. I’m so sorry.

A veces hay que pasar por días, semanas o etapas de mierda para motivarse y arrancar de nuevo. A veces todo vuelve a empezar después de una Coca-Cola. Nos vemos la semana que viene.

You Might Also Like

3 Comments

  • Reply MS 28 junio, 2020 at 23:03

    Vamos a darle una vuelta de hoja ¿y si en vez de apuntar en la agenda a priori lo que quieres hacer durante la semana no lo haces al revés? Cuando acabe la semana apunta todo lo que has hecho y así te motivas para la siguiente!

    Seguro que has hecho más cosas de las que piensas, pero como querías aún más (por ese ansia viva que nos caracteriza) te parece poco o nada!

    J es nocturno como su mami, que se iba sin dormir a currar por acabar ese libro que la tenía atrapada! 😉

    Déjate fluir los días que parece que las cosas no salen y como una vez decías “empieza por las fotos” cuando te atasques 😉

    Ánimo malvada, tú puedes!! Siempre puedes!!

    Besitos amore

    • Reply Una bloguera eventual! 28 junio, 2020 at 23:11

      Jajjajajajaj!!! Fíjate que cuando escribía esta tarde he pensado empezar mañana el día pensando todo lo que he hecho esta semana pasada para rellenar si o si los días que no he abierto la agenda. Formas de motivarse, ya tu sabes…. Has estado muy acertada, ¿por qué será?
      J que se haga nocturno cuando sea adolescente, o mejor, cuando se ponga a trabajar. Mientras tanto que duerma, plissss.
      Si, sin duda los días que no sale nada (o semanas) hay que dejarse llevar y no castigarse tanto. No ayuda NAAAAAADAAAAA.
      Besitos amore, ¡lees en hora!

  • Reply Lidia 30 junio, 2020 at 20:14

    Leí tu entrada ayer por la mañana. Me dio rabia eso de sentirse fatal cuando las cosas nos superan, porque es cierto. La tendencia es a sentirse fatal. Aunque luego cierras de una manera más positiva. El caso es que tu entrada me removió por ese auto exigencia tan tuya, porque mi auto exigencia también te informó de que mi semana había sido otro desastre y porque al final tú tuviste aún así la suficiente fuerza de voluntad para publicar esta entrada tan sincera.
    Así que ayer hice una entrada en el blog y esa, querida, te la debo a ti y a nuestro pequeño «proyecto». Solo sé que al terminarla me sentí mejor y eso también es gracias a ti.
    Ojalá esta semana se nos dé mejor. Yo te lo deseo muy fuerte. Aparquemos estas semanas que no nos dieron nada y sigamos construyendo las que vienen.
    Un beso grande.

  • Leave a Reply