Reseña

Gente normal // Sally Rooney

16 agosto, 2020
Reseña_clasicos_españoles

Un, dos, tres… empezando…

Dios, me cuesta hasta ponerme a escribir. Miedito. Después de 5 semanas sin publicar nada, empezar de nuevo cuesta, parece que se me ha olvidado cómo hacerlo. Explicación de este paréntesis de publicaciones: no ha surgido el clic que me hace escribir con ganas. Tal vez por cansancio, falta de ideas, desgana… no sé. Tenía ganas de publicar pero cuando montaba en mi cabeza la posible entrada, no salía; hoy las ganas y la visualización de ésta mientras que hacía una tortilla de patatas, me han traído hasta aquí.

Construir la entrada en mi mente, tal como decía en mi post de «Cómo escribir cada semana en tu blog».

Creo que vengo hasta con ganas de enrollarme, de explayarme… 😉 A ver, a ver, ¿de qué venía yo a hablar? Ah sí, de Gente normal. Como casi siempre me pasa con el mundo literario, casi nunca me entero de las novedades, de los hits literarios, de los autores o libros de moda… Parece que Gente normal ha sido uno de los libros por excelencia de 2019, que ha salido en IG por activa y por pasiva, y que para mí, una vez más, ha pasado desapercibido.

Gente normal llegó a mis oídos gracias a un podcast que me aconsejó Lidia en el que tanto entrevistador como entrevistada hablaban de películas y novelas románticas. Lidia me lo aconsejó porque la entrevistada hablaba sin prejuicios ni complejos sobre cuánto le gustaban las películas y novelas románticas. Porque si, no es tan fácil encontrar a gente que explique sin problemas cuánto le gusta la romántica. Porque si, nadie la consume, pero es uno de los géneros que más se publica {bueno, esto da para otra entrada. Muy manía, tal vez, pero algún día escribiré sobre ello}. En definitiva, que uno de los libros de los que habló la chica fue Gente normal.

Lo anoté para investigarlo. Lo busqué en Goodreads. Lo compré en Amazon. Y en la Kindle se quedó por un tiempo. 

Lo empecé el sábado pasado en la playa, porque justo acababa de terminar otro libro y no tenía otro.  No me estaba llamando demasiado.

Pero cuando llevaba 15 minutos, caí en las redes. Las redes de Sally Rooney. Esa autora del momento que yo he conocido de rebote. Ese libro que ganó el año pasado en Goodreads el podium a mejor libro de ficción, y que he descubierto una vez leído. Ese libro que «tampoco es para tanto» o ese libro más de chica-chico en instituto,  chica-chico en universidad.

Pues bien, no hay nada nuevo en este libro, pero yo soy una más de las conquistadas. 

El primer flechazo fue la forma en la que está escrito. Sally Rooney hace uso de un narrador omnisciente que además de contar la historia, sabe como sienten y piensan los dos protagonistas. Una gozada, porque constantemente sabes lo que piensa él y ella con todo lujo de detalles. Además hay mucho diálogo en este libro. Mucho diálogo que hace que la lectura vuele y enganche desde un principio.  A pesar de ese díalogo tan presente, no existe ni un solo signo de puntuación en todo el libro que lo indique. Un punto más para esta estructura usada por la autora que hace de este libro un libro distinto. Brisa fresca entre todo lo que he estado leyendo últimamente.

Segundo flechazo: los protagonistas. Marianne y Connell-Connell y Marianne. Dos adolescentes inteligentísimos (eso me atrae  siempre) a los que acompañamos en su último año de instituto y en su paso por la universidad. Como es sabido por la sinopsis, en el instituto Connel es uno de los chicos populares y Marianne es la chica solitaria, rara e independiente; cuando llegan a la universidad cambian en cierta forma las tornas. Si bien ser testigo de un enamoramiento que empieza con timidez y que poco a poco se va consolidando es para mi siempre un placer (no sé, esa especie de ternura que existe en el ambiente siempre me conquista), me ha encantado el tacto con el que se tratan siempre los protagonistas. A pesar de los malentendidos, desencuentros, rupturas, la diferencia social entre ellos, la distancia abismal entre los amigos de él y los amigos de ella… me ha fascinado cómo ellos dos siempre se encuentran: con una mirada, con un pensamiento, con unas palabras susurradas entre ambos que no son explícitas pero que dicen tanto.

Y eso es este libro. Un ir y venir entre un chico y una chica que están aprendiendo de ellos y del mundo y que tienen un punto de apoyo enorme el uno en el otro.  La trama del libro es simple, el contenido es hermoso. Es cierto que durante el último cuarto del libro esperé mucho más de éste. Esperaba un cambio, un giro que lo transformara todo. Presentía todo el tiempo que no pasaría. Presentía un final triste. No voy a desvelar el final, pero si voy a decir que para mí no es triste. Es real. Y en mi cabeza es además muy esperanzador. 

 

Marianne y Connell

Sin ni imaginármelo, aún quedaba lo mejor. La serie.

Ay, yo que sé, no sé si leer el libro y ver inmediatamente la serie ha jugado un punto a favor de esta historia, pero la experiencia me ha resultado tremenda. Me declaro aún más fan del fenómeno Gente normal.

La serie me ha encantado por muchas cosas. Por palpar mucho mejor la timidez de Connell y sus problemas mentales: como bien dice Marianne, ni siquiera lo parece. Por comprender mejor la relación entre Marianne y su madre: en el libro se me escapa, no llego a entender por qué su madre no reacciona. Por la magia con la que está hecha la serie: fotografía, música, ambientación. Por esa elección de protagonistas: sobre todo Connell, al que se ve un chico tan normal. Por el Trinity College: esa imagen en la que Connell entra por las puertas del Trinity y que cualquier turista que visite Dublin puede vivir en sus carnes… pura magia, teletransportación instantánea a cuando yo la hice.

Por supuesto que hay fallos, tanto en libro como en la serie. A veces ese uso de clichés en cuanto a rico-pobre, o por ejemplo la transformación tan abismal de Marianne en la serie entre su fase en el instituto y la universidad (¿cómo es posible?), o esas imágenes idílicas de esa villa italiana donde Marianne y Connell se encuentran después de mucho tiempo en las que ella está entre sábanas blancas tendidas en el campo (demasiado idílico, ¿no?), y qué decir de las reuniones de Marianne con sus amigos tan snobs en la que nunca faltaba una copa de vino (tan cool…). En definitiva, tiene cositas que chirrían un poco, pero para mi, la experiencia libro-serie ha sido una completa delicia. 

Connell y Marianne

Por todo esto y mucho más, que solo podrás averiguar si te animas con la historia, Gente normal se lleva mis cinco tacitas. Incluso a pesar de que cambiaría algunas cosas.

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NOTA: Tras escribir la entrada me descubro totalmente oxidada. Siento la sensación de que no he conseguido expresar realmente cuánto me ha gustado Gente normal. Pero como esto va de gustos, y que me guste a mi muchísimo y que además consiga hacértelo entender no garantiza que te guste a ti, lectora que me lees, espero que al menos haya conseguido que te pique el gusanillo. Si es el caso, cuéntamelo, porque Gente normal es de esos fenómenos con los que se disfruta hablando.

NOTA1: Parte de mi experiencia con el Trinity aquí. Qué buenos recuerdos y qué rabia a la vez.

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2 Comments

  • Reply Lidia 20 agosto, 2020 at 17:29

    Tú ya sabes que venía convencida y ganada de antemano, que estoy segura de que voy a leer el libro (estoy buscando por las bibliotecas, aunque es probable que acabe comprándolo en papel) y después caerá la serie porque además ya comentamos que hay series que merecen la pena aunque solo sea por la estética.
    Y aunque venía convencida me has vuelto a contagiar ese entusiasmo tuyo tan genuino. Quizá te haya costado escribir la entrada, pero yo como lectora no lo he notado, ha sido como volver a casa después de un largo tiempo (5 semanas hacía que no publicabas y he tenido que confirmarlo en «la libreta» porque no me había parecido tanto tiempo…)
    Qué puedo decirte. Que me gusta mucho volver a verte publicar y más aún pasar por aquí.
    Un beso.

    • Reply Una bloguera eventual! 11 septiembre, 2020 at 17:02

      Sé de buena mano que ya has leído el libro. Queda pendiente que me cuentes qué te ha parecido finalmente la serie y si ésta te ha ayudado a comprender cosas como a mi, o muy por el contrario, te ha distorsionado o desvirtuado algunas ideas.
      La intención es volver de nuevo, con ganas, con compromiso, con esfuerzo (sin duda); pero que no decaiga mi rinconcito particular. Nuestros rinconcitos particulares. Aprovecho para mandarte ánimos para seguir. El blog como «cuaderno de ensayo», para futuros proyectos deseados. Hoy vengo con fuerzaaaaaa.
      Beso enorme.

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