Llevo toda una semana pensando que esta noche iba a escribir en el blog.
Me lo tomaba como una recompensa. Si hago «esto», escribo en el blog. Si termino «aquello» escribo en el blog. Y cuando llegó el jueves por la noche ya sabía que hoy escribía si o si. Porque me sentía muy satisfecha con lo que había hecho durante la semana, con subidón tras hacer los exámenes de la escuela de idiomas y que me salieran «mas o menos» bien, y con mil ganas de escribir. Como un regalo por el trabajo bien hecho.
Pero ahora estoy aquí y me he planteado escribir o no.
Porque me he sentado a las 8 y estoy realmente agotada. Porque he estado paseando un rato y he vuelto casi K.O. Porque me he puesto a regar las flores y cuando me he dado cuenta, ya era prácticamente de noche.
¿Y ahora me voy a poner a escribir? Pues si, aquí estoy sin a penas nada que contar. Sin profundidad. Vaya, que si no me lee nadie lo entiendo perfectamente porque esto no tiene ni sentido. Simplemente estoy aquí por placer personal, por volver a sentir la acción de ponerme a teclear en el ordenador sobre un fondo en blanco, por organizar mis ideas o pensamientos y plasmarlos, por dejar testimonio de que tengo mil ganas de escribir aunque no consiga sacar tiempo. Y sé que con el tiempo, agradeceré leer esta absurda entrada y además la recordaré con cariño.
Y tal vez de esto vaya esta entrada.
De que esto de escribir en un blog, sobre todo por estos tiempos que está {aún más} en horas bajas, se hace por placer, por amor a escribir, por necesidad de desahogarse. Y ya sólo eso tiene sentido. Y leerlo cuando pase el tiempo es tan satisfactorio como lo que sientes cuando abres una libreta donde escribías citas de un libro cuando eras pequeña, o cuando abres tu diario de adolescente. Igual pero abierto al mundo, porque tal vez haya gente que le guste leer tus sensaciones y reflexiones al igual que le gustaría leer un paquetito de cartas que se encuentra por casualidad en un cajón de un armario.
Por estos días, además he estado reflexionando el por qué de tanto tiempo sin publicar.
Tengo clarísimo que hay momentos en los que no te da tiempo a hacer determinadas cosas, y que por supuesto se establecen prioridades. Para mi este blog es un rinconcito que me da vida, pero si no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría, no me voy a sentir culpable por ello. Hasta ahí bien. Pero es que creo que, además, muchas veces no he publicado por autoexigencia, por querer hacerlo mejor y no escribir sobre nada en absoluto {como hoy}, por querer buscar una foto bonita que acompañe a una entrada currada, por no hacer una mierda.
Y a lo mejor estoy equivocada.
Porque más valen cinco entradas normalista, con alguna de ellas «medio vacía», que ninguna.
Porque más vale errar, que no hacer nada.
Porque más vale aprender fallando, que quedarse parada.
Sé que aunque me salgan fatal, me gustará más que un silencio absoluto. Y por eso mismo, hoy he vuelto y he roto este silencio con un «hola de no se por cuánto». A ver si aprendo a ser un poco menos exigente con lo que hago y evito que esto me frene en seco.
Ya está, no digo más. Tampoco es que haya dicho mucho antes. Si os hablo en presente totalmente real, ni siquiera sé con qué fotos voy a acompañar a este sin sentido. Supongo que nada que tenga que ver con esto, porque si tuviera algo que ver, ya lo tendría en la cabeza. Así que mi siguiente paso es buscar unas fotos que acompañen a este batiburrillo {bueno, antes me voy a comer unas mandarinas}.
Pero termine esto como termine, una cosa habré conseguido. ¡Habré escrito una entrada! ¿No es maravilloso?
4 Comments
Podrías publicar cada día tu lista de la compra y poner una de tus fotazas, y yo vendría igual a leerte.
Entre tantos espacios vacíos, me quedo con estos que son hogar. Se te echa de menos.
Un beso.
PD: «Porque más vale aprender fallando, que quedarse parada». Sí. Siempre.
Jajjajajjaja, atenta que un día la publicooooo!!! Te imaginas??
Gracias guapa, que alguien lo eche de menos como yo lo echo de menos, me da energía.
Besazo enorme.
Lo maravilloso es volver a leerte (me acabo de enterar que habías escrito, leche), que lo hagas de cualquier cosa que te apetezca o como hoy, de un «nada” que encierra mucho. Siempre es bonito pasarse por aquí, empaparse de tu naturalidad, de tus fotos y de todo lo bueno que dejas para recordarlo con el tiempo.
No tardes demasiado en volver, te esperaremos con ganas.
¡Mua!
Que al final publico la lista de la compra si no os importa el tema!!!! jjajajjaja..
Muchísimas gracias por pasarte por aquí; que sepas que eres una de las culpables de que escriba, por eso de estar tan activa últimamente con tus publicaciones. ¡Me incitas!.
Besazo.