Diseño InspirAcción

Diseño {en libros} como antídoto

5 abril, 2020
Portadas_bonitas_libros

 

Aquí, la que escribe, tiene una empanada monumental en cuanto a sobre qué ESCRIBIR. Las ganas, el reto, siguen en mi cabeza, pero como ya dije en la entrada que publiqué hace tan sólo dos semanas, cuando todo empezaba a ponerse más oscuro, lo que me bloquea es no saber sobre lo que hablar. ¿Ayudan  a caso mis palabras?

Durante estas semanas he estado estrujándome la cabeza sobre qué publicar; también he estado observándome. Después de pasar por una pequeña crisis que me tuvo unos días más desanimada, ¿qué me ayudó? Pues lo más simple. Un lunes, vi Maestros de la costura, y el hecho de que hubiera personas emocionadas y nerviosas por algo bien distinto al «innombrable», hizo que desconectara totalmente. La noche siguiente vi «Ilustres Ignorantes» y me reí tanto, que volví al estado en el que me encontraba antes de todo esto {por un ratito solo}. Doy ejemplos de dos noches, porque supongo que es por la noche cuando todo lo veo peor. 

Pues bien, esos dos ratitos en esas dos noches me hicieron darme cuenta que, al menos yo, necesito de entretenimiento mental en estos tiempos de crisis, que no todo sea información y sobreinformación.

¿Y qué mejor entretenimiento mental que rodearnos de belleza? Así que hoy no traigo otra cosa que portadas de libros. Portadas geniales que se han publicado a lo largo de los años. A continuación os enseño algunas que me han gustado mucho.

 

 

 

La verdad es que empecé con esta pequeña obsesión por este tipo de portadas un poco antes de que empezara esta crisis. El caso es que busqué información sobre un libro que de repente aparecía ante mis ojos  a todas horas. Ya sabéis, esas casualidades que pasan. El libro era, concretamente, Farenheit 451, un clásico del que nunca había oído hablar, pero del que además de ver, empecé a oír muy buenas críticas. Busqué su nombre en Google y una de las entradas que me salió me llevó directamente a Pinterest. Allí encontré un montón de portadas impresionantes que me fascinaron.

 

 

 

 

Oficialmente confirmo que estoy muy muy enamorada de la segunda portada, la del ojo. 

Pues eso, que gracias a Farenheit 451, Pinterest se convirtió en el hilo conductor que me llevó a todas estas portadas que hoy traigo aquí, y muchas otras con las que no he tenido más remedio que crear un tablero. Entrar en el tablero de «Portadas» de mi Pinterest definitivamente me da paz. Verlas todas juntitas es, sin lugar a dudas, un buen ejemplo de cómo ver buen diseño gracias a portadas de libros. 

Esto me hizo pensar. 

Si yo tuviera una casa grande… Si yo tuviera una casa grande llenaría una pared entera solo con cuadros de portadas de libros… 😉 Con esto lo que realmente quiero decir es que a veces no valoramos la chulada inmensa que es ver portadones chulísimos en libros que tenemos en nuestras manos, y que definitivamente no valoramos el trabajazo y las auténticas maravillas que se han hecho desde mucho tiempo atrás en cuanto a diseño. Es tan alucinante ver todas esas portadas de mil ediciones distintas, en idiomas distintos, de países distintos….todas tan cuidadas, tan bien trabajadas.

Uno de los objetivos del diseño es hacer comprender todo más fácil y más rápido con un solo vistazo. Pero además, ¡qué maravilloso es!. Por suerte, es uno de los mil regalos que nos ofrecen los libros. 

Pues nada, desde aquí mi pequeño homenaje a este trabajazo que tanto me gusta y que además me han hecho salir del atolladero que me provoca no saber qué ESCRIBIR . He recopilado muchas más portadas en uno de mis tableros de Pinterest, por si queréis verlas. Por supuesto os invito a que me mostréis alguna que os guste mucho por el canal que os de la gana, ¡pero enseñádmelas! 

 

 

You Might Also Like

2 Comments

  • Reply Lidia 8 abril, 2020 at 9:08

    Es curiosa la elección elegida (ya viste que en seguida fui a tu Pinterest para ver más) y, «ese ojo» de Farenheit, también lo podrás encontrar en la portada de 1984, de Orwell (Edición Debolsillo). Digo lo de curiosa porque me han recordado a los carteles propagandísticos de la guerra. No sé si alguna vez los has visto, tanto los que se usaron en la Segunda Guerra Mundial, como los de la Guerra civil española. Son obras de arte. Propaganda, sí, pero auténticas obras de arte. Seguro que en Pinterest puedes encontrarlos.
    Son tiempos difíciles, M. Ángeles, y nadie nos acusará de usar la ficción para huir solo por un rato de esta realidad que nos tienen acorralados en casa. Por eso también estoy aquí, buscando un rinconcito donde me hables de cualquier otra cosa.
    Don´t give up.
    Beso enorme.

    • Reply Una bloguera eventual! 20 abril, 2020 at 18:41

      Hola Lidia, por fin puedo responder.
      Me encanta tu observación. Y además me resulta lógica. Muchos de esos libros, se publicaron o reeditaron en épocas más o menos contemporáneas. Ya que citas 1984, su autor publicó Rebelión en la granja en el 45, y creaba una sátira con el régimen soviético de fondo. Los mismos que creaban esos carteles de guerra, creaban también portadas de libros y supongo que también de películas. Las mismas «tendencias» se veían reflejadas en escenarios muy distintos, porque era lo que se llevaba. Y aunque La Segunda implicó a más de media parte del mundo, América y sobre todo EEUU publicando libros. En «84, Charing Cross Road», por ejemplo, la protagonista estadounidense pedía libros a la librería londinense, mientras Inglaterra estaba inmensa en la guerra, porque le resultaban mucho más baratos los libros clásicos allí.
      Creo que me he ido por los cerros de Úbeda. Pero si, aunque algunas de las portadas sean muy parecidas a carteles de guerra, me parecen obras de arte. Muy estéticas, llamativas, coloridas. Que ya te digo, si tuviera una casa inmensa, llenaría una pared de cuadros con esos carteles. En ese caso, por supuesto, de portadas de libros.
      Me alegro muuuucho muuuucho de que siempre estés aquí. Ya sean en buenos tiempos o malos. Y rendirnos ¡nunca!

    Leave a Reply