Aún estoy aquí, aunque no lo parezca.
Lleva rondando días y días por mi cabeza un término que últimamente se ha puesto muy de moda: DESAPRENDER.
Cómo si de una experta me tratara, hoy he decidido romper mi racha de «no publicaciones» y escribir sobre ello. Por dos razones:
1) Porque mi nuevo trabajo me grita a todas horas: ¡desaprende!.
2) Porque he decidido escribir sobre «todo» lo que me ronda por la cabeza y que estaría bien no olvidar. Para que cuando relea lo que he escrito, dentro de unos meses, mi blog se convierta en algo así como un «Cuaderno de experiencias».
Con respecto a esta segunda razón, he de decir que desde que publiqué Te echaré de menos #villawork , he pensado tanto, tantas cosas distintas, he tenido tantas dudas, que todo eso me hizo frenarme casi totalmente. Apenas leí, apenas publiqué, y lo más importante, apenas escribí. Siento que se me han quedado muchas «experiencias» por el camino por no haber sido capaz de afrontarlas y contarlas aquí. Porque «Un reto y libros» es algo más que un desahogo para mí: también es un método de análisis. Porque sentarme, poner mis ideas sobre la mesa e intentar explicarlas de una forma sencilla para el que lee, me hace bien.
Hablar de Te echaré de menos #villawork no es casualidad con esto de «desaprender». Esa despedida marcó el final de doce años trabajando para la misma empresa. Desde ya os digo que es imposible desaprender cuando estás metido en algo que te lleva hacia delante como la deriva. Porque en eso se convirtió mi trabajo, en algo metódico-fácil. Tenía pleno conocimiento de que era mi trabajo «el que mandaba» y no yo misma, y luché contra ello embebiéndome de todo lo que sucedía a mi alrededor: los lugares nuevos, las personas, las costumbres, incluso las comidas. Pero eso no es suficiente. Ni lo fue entonces, ni lo es ahora, ni lo será en el futuro.
No estaba contenta con mi trabajo, pero tenía mil miedos a cambiarlo. No creáis que ha sido fácil poner punto y final. Han tenido que llegar a mí «razones de peso» para plantearme el cambio.
En mi etapa «excedencia-mes de paro» me apunté a la escuela de idiomas, también a cursos que salían en mi pueblo y que me parecían interesantes como El empoderamiento de la mujer o Mailchimp, volví a nadar… Hacía cosas, pero mi sensación era que no hacía NADA. Terror absoluto. Me planteé prepararme oposiciones, estudiar de nuevo algo distinto, empezar a mandar CVs sin ton ni son aunque se ofertara un trabajo similar al que ya había hecho {error!!!!!}…
Cuando ya había decidido qué hacer y me sentía un poco más «desahogada», por una carambola del destino me ofrecieron un trabajo cerquita de casa {enorme introducción para llegar a este punto, ¡no aprendo-desaprendo!}.
Y he aquí la nueva inspiración: estoy alucinada por encontrarme con gente nueva, que piensa distinto y que no tiene miedo al cambio. Muy al contrario, que se nutre de él. Gente que se ha formado a sí misma investigando, leyendo mucho sobre algo que le interesa, aprendiendo constantemente y olvidando la idea de que ya lo sabe todo. En definitiva: DESAPRENDER.
Más de una vez me he encontrado estos días diciéndome: «Yo esto lo hacía así…» y después me he dicho «Olvídalo, tal vez se puede hacer asá». Que estoy oxidada, es un hecho, pues a menudo pienso en que si ya sé algo por algún camino, ¿por qué aprender otro?. ¿Si me va bien, para qué?. Ese es el error. El otro día un compañero me dijo que prefería perder el tiempo averiguando cómo hacer una cosa de otro modo que hacerlo mecánico y lento. Pues ese es el camino.
Llevándolo al blog, por ejemplo, prefiero escribir, probar, investigar a dónde quiero llevar «Un reto y libro», crecer con él; que estancarme en algo que no me convence, no escribir por miedo a si gusta o no, o copiar la fórmula que a otros funciona. Una vez le dije a una chica que escribía reseñas de libros, y me dijo: ¿has pensado en grabarte haciendo reseñas?. Me dio un jamacuco. Por dios, soy incapaz de grabarme y no me gusta demasiado ese mundo booktuber, pero me hizo pensar que estancarse en algo o no ver que los tiempos cambian, y por tanto las tendencias, no era el camino correcto.
En definitiva, para mi DESAPRENDER significa dos cosas:
– No estancarse jamás. Aprender constantemente, de cada cosa. Estar abierto a tendencias nuevas. Escuchar al que te habla de algo nuevo sin poner una barrera imaginaria de incredulidad.
-No tener miedo a lo que vendrá. Por qué tener miedo si seguro, seguro, te tocará aprender.
Mi nuevo trabajo es temporal, espero que cuando vuelva a pasar por un bache existencial por no saber qué hacer con mi vida, esta entrada, y desaprender, me ayude a continuar hacia delante.
Fin de la chapa.
{Nota: Tal vez no se entienda qué sentido tienen las fotos de este post. Para mí, la arquitectura moderna, de la que soy totalmente fan, tiene mucho que ver con DESAPRENDER}
4 Comments
Muy buen post, cierto hay veces,que hay que ser valiente,salir de zona de confort y t puedes llevar gratas sorpresas .
Muchas gracias Gema.
Nos da tanto miedo perder lo que tenemos, que nos cuesta la vida cambiarlo. Ojalá no nos costara tanto arriesgarnos!!!
Besito.
Cuánto te echaba de menos. Tus reflexiones, tus fotos y esa manera de contar la vida sin purpurina ni confeti. ¿Hay que desaprender para crecer? Sí, seguramente sí.
Tú eres tu blog, es el ejemplo más claro, así que me encanta que vuelvas con entradas como estas.
PD: ¿de dónde son esas fotos? ¿qué edificio es?
PD2: Los cambios tienen en ti un efecto genial 🙂
Pues mucho tiempo después, pero respondooo.
Se trata del edificio Harpa en Reikiavik (pilla un poco lejos). Lo visitamos cuando estuvimos de viaje en Islandia.
Aprovecho para darte las gracias por todo, pero sobre todo, por tus ánimos incansables.
Besazo.