Hoy me quito de encima el síndrome del impostor y os escribo una entrada con lo que me ha funcionado durante este año para publicar semanalmente. Casi empezando junio puedo decir que he escrito 20 entradas publicando cada semana con la única excepción de Semana Santa, en la que tenía previsto no publicar.
¡OeoeoeoeoeoeoOOOeee, ayudadme a hacer la olaaaAaaaa!
Estas 20 entradas son para mí un auténtico éxito. Si echo la vista atrás y pienso en el recorrido de este blog, no es que haya publicado mucho más cuando dedicaba bastante más tiempo o cuando, por ejemplo, vivía sola y era más fácil buscar un huequito para escribir. Pero es que además, suelo ser una persona bastante inconstante, así que conseguir lo que planifiqué a principios de año, para mí es un motivo de alegría.
Así que hoy quería venir a contar qué cosas me han funcionado por si os motiva a vosotras, que me leéis, a publicar, publicar y publicar:
Crea una sección que se repita a menudo.
Sin lugar a dudas esto te ayudará a no pensar tanto tiempo en qué publicar. En mi caso, que suelo publicar de lo que me apetece y no sólo hablo de libros, tenía que pensar en algo que no me hiciera quebrarme la cabeza cada semana. Como esto es «Un reto y libros», me decanté por las reseñas. Así que decidí, en su día, que todo libro que leyera este año tendría una reseña.
Ojalá tuviese muuucho tiempo para leer y pudiera publicar sólo las reseñas de los libros que realmente dejan algo importante en mí; pero no es el caso. No estoy leyendo demasiado últimamente porque me cuesta mucho sacar tiempo, así que, si el libro para mí ha sido «ni fu ni fa», igualmente le hago un huequito en el blog y escribo sobre él.
A veces es muy pero que muy complicado sacarle punta a determinados libros, pero con el tiempo he aprendido a escribir y sacar contenido de ellos aunque no hayan conectado realmente conmigo. Y esa especie de «enseñanza» ya se ha quedado conmigo y me gusta, así que os invito a si no sabéis qué escribir sobre algo que ya hayáis planificado, intentadlo a pesar de ello; es un ejercicio muy enriquecedor. {Ojalá en un futuro próximo lea tanto que decida publicar sólo lo que me fascina}
Mi sección repetida es escribir reseñas. Si vosotras, por ejemplo, publicáis reseñas constantemente, añadir una que se repita cada mes sobre poesía, o decantaros por una fotoreseña, o contad cada mes sobre un libro-película, un resumen de lo que ha sido vuestro mes, o una publicación mensual de «opinión»… Lo importante es tener una sección o metodología que os libere alguna que otra semana del quebradero de cabeza que te crea el no saber qué publicar.
Ponte una fecha límite
Está clarísimo ¿no?, pero lo digo porque a veces también hay que escribir las obviedades. Si se publica semanalmente, vuestra fecha límite será por ejemplo el domingo. Imaginas que os decantáis por los martes, pues la semana próxima, a más tardar, será también el martes. Si no es así, al final vuestra publicación semanal se irá al garete.
El objetivo principal de esa fecha límite es crear hábito. Sabes que tienes que publicar, si no lo has hecho, el último día se creará en ti esa necesidad de escribir. En mi caso, mi intención era publicar de lunes a viernes, pero como yo soy de dejar todo para el final, pues he terminado publicando casi siempre en domingo. A veces in extremis he tenido que publicar la entrada y me ha quedado alguna foto que editar, pero he publicado para que entre en hora y después he actualizado con la foto terminada.
A ver, esto último son manías. No importa que tu publicación se publique un día más tarde si esto implica una hora, nada cambia, pero a mi me funciona a la hora de escribir. Igualmente, si no publicáis una semana por alguna razón, ¡no pasa nada!, que esto se hace por amor al arte, no es un trabajo.
Practica la creatividad pasiva
Esto es que aunque no estés escribiendo un post, tienes que empezar a pensar en el próximo desde que has dado al «enter» para publicar el último. Es decir, en todo momento has de estar abierta a escuchar, observar y nutrirte de absolutamente todo para que se te ocurran ideas para el próximo post. El próximo o el que sea, la intención es hacerte con una lista de ideas para ir recurriendo a ellas cuando las necesites.
Si llevas tiempo con tu blog, no es descubro nada nuevo. Seguro que os habéis sorprendido más de una vez diciendo: «mmm, esto lo puedo contar en el blog». Por muy específico que sea vuestro blog, se irá creando una especie de mundo paralelo en tu cabeza donde constantemente te irás llevando parte de lo que vives, escuchas o lees al campo que desarrollas en tu espacio. Es magia.
Pero no puedes olvidar algo: anota esa idea en seguida. Apúntalo donde sea: en una libreta, en el móvil, haz una foto que te lo recuerde… Lo que sea, pero anótalo, porque tan pronto como llega la idea, ésta también se va. Ni sabéis la de veces que he pensado en algo que puede ser genial y después, por no anotarlo, no lo he recordado.
Con esas anotaciones iras creando esa lista de ideas y que sencillamente será ¡la bomba!. Si supierais la de veces que me ha salvado esa lista… A veces me pasa que escribo una idea y que la veo cada dos por tres pero no me decido a usarla en una entrada, pero después me encuentro sin ideas y la uso, y tiene un éxito tremendo en el blog {tal vez es porque le he dado tantas vueltas que al final me la curro mucho más 😉 }
Escribe mentalmente
No infravaloréis esto porque… ¡funciona!. Si tenéis muy poco tiempo para escribir, una hora y media por ejemplo, o si tenéis que publicar ese día si o si y sentís la presión; usad el tiempo que tengáis antes de ponerte a escribir para pensar mentalmente cómo escribir esa entrada. Lo ideal sería que usarais ese tiempo que no requiere demasiada atención (si vaís en coche, durante la ducha, mientras que cocináis…) para ir pensando cómo empezar, el tono que vais a usar en la entrada, su estructura, una cita que vais a usar, etc.
Es algo así como cuando ensayas en voz alta una exposición que vais a presentar en clase o en el trabajo. Aunque no lo creáis, se os van a ocurrir muchas ideas y vais a corregir muchas otras para presentar esa presentación o en nuestro caso, publicar esa entrada. Y os lo aseguro, cuando os sentéis delante del teclado, tus manos escribirán casi solas e incluso corregirás mucho menos el resultado final de ese post. Y por supuesto, ¡en mucho menos tiempo!
Empieza por las fotos cuando estés atascada
Cuando digo fotos, digo cualquier otro contenido visual, o una cita que hayas guardado del libro que vas a reseñar, o un video de música que quieres usar en la entrada. Con esto, lo que se consigue es algo tan sencillo como… ¡empezar!
A veces no nos damos cuenta y lo que más nos cuesta es dar ese primer paso para desarrollar tu idea. Alguna que otra vez te encontrarás que vas a escribir sobre algo que incluso no te apetece demasiado, pero si empiezas a desarrollar ese «acompañamiento» que completa tu entrada, todo empieza a surgir.
A mi, el primer año del blog, me funcionaba mucho tener el contenido visual de la entrada para conseguir publicar. Si encima esa foto me gustaba especialmente, escribir se me hacía aún más fácil. Por eso empecé a prestar más atención a mis fotos y a currármelas un poco más, porque ellas me ayudaban a animarme a publicar. Ahora me sigue pasando, aunque por falta de tiempo a veces saco fotos con los últimos rayitos de sol para usarlas en la entrada que más tarde publico: ¡perdonadme!, debería volver a las buenas costumbres.
Espero que estas cinco cositas, que muchas que ya llevan trayectoria con sus blogs ya sabrán de sobra, os ayude a aquellas que os atascáis más de una vez. Aunque una cosa he de decir, en mi opinión el principal motor que te ayuda a escribir es la motivación por hacerlo, las ganas por crear algo, el escape a la monotonía y el placer inmenso que te da ese botoncito que se llama PUBLICAR. Publicad, publicad, publicad, cuanto más mejor, porque cada día se hace un poquito más fácil.
¡¡¡Larga vida al blog!!!, y nos vemos la próxima semana.
No Comments