Cuando empecé a escribir en este blog, hace ya bastante tiempo {aunque para mí haya pasado como un suspiro}, me planteé que «género» usar a la hora de ESCRIBIR. Supongo que sabía en mi fuero interno que yo hablaba a mujeres, pero no sé por qué, decidí expresarme de la misma forma que solía estar acostumbrada: usando el género masculino para incluir a hombres y mujeres.
¿Qué ilusa, no? ¿Desde cuándo un hombre lee blogs? Tal vez el hombre lea un blog que le solucione un problema en un momento puntual, ¿pero leer un blog por amor al arte?. Perdonadme si generalizo, no, generalizo: «los hombres no leen blogs». Qué pena. También qué pena que las mujeres empiecen a hacerlo cada vez menos: las redes sociales nos están comiendo la mente.
Qué pena que cada vez se vaya perdiendo más ese acto de ESCRIBIR que surgía cada vez que muchas mujeres se enfrentaban a su post en blanco, qué pena que vaya desapareciendo ese ratito de descanso que buscaban otras mujeres para llevar a cabo ese acto de LEER el blog que le alegraba la tarde o la motivaba.
Era tan buen camino, se auguraban tan buenos tiempos. Las redes sociales tienen la culpa.
Hoy estoy soltando «frases» como si de una experta octogenaria me tratara.
Pero reconduzco el asunto. Ya hace tiempo que decidí hablar en femenino. No por hacerme la moderna ni la feminista. La razón es obvia: aquí me leen mujeres. Me leéis vosotras. Como se dice en mi pueblo : ¿»Qué entitula» usar el género masculino en esta humilde morada? {«¿Qué entitula?» es lo mismo que decir «¿qué sentido tiene?». Mucho más práctica la expresión alhaurina. Barriendo para casa}.
Hoy, 8 de marzo, escribo aquí hablando sobre el «género femenino». No penséis que quiero beneficiarme usando este día. Dios me libre. Pero si quiero hacer un guiño a todas vosotras. Enhorabuena mujeres, porque sois la bomba.
Me he dedicado 12 años sin interrupción a trabajar en una constructora. ¿Sabéis cuánto se echa de menos estar rodeada de mujeres? Han sido tan pocas mis compañeras, que ahora recuerdo a cada una de ellas con un inmenso cariño. He establecido con todas ellas tal relación de amistad, que si volviera a ver a cada una de ellas mañana mismo, sería como estar juntas de nuevo sin que haya pasado tiempo alguno.
¿Por qué cuento esto? Pues porque para mi las mujeres son inspiradoras, un ejemplo total de trabajo y esfuerzo en todas y cada una de las situaciones, luchadoras hasta límites extremos. Una madre, dios, cómo ayuda una madre. Una mujer cualquiera que se echa a sus espaldas la responsabilidad del cuidado de otros familiares; si, casi siempre mujeres, pero es que si yo fuera hombre, me gustaría ser como una mujer. Una investigadora que lucha contra viento y marea para ser tan reconocida como algún que otro compañero que hace exactamente lo mismo o menos. Una deportista invisible, frente a su homólogo hombre que es un dios.
Tantas historias de desigualdad que todas vemos y sabemos que existen {también lo saben los hombres pero aún muchos hacen oídos sordos} y a pesar de todo, seguimos ahí, siendo asombrosas. Si esto lo hacemos cuando nos cuesta subir el Everest en contraposición de un simple escalón para el hombre, ¿qué no haremos cuando volvamos todo del revés y se consiga un «sistema» realmente justo?
Que no suene a utopía. Un pasito más cada día, empezando por nosotras.
Perdonadme mucho si esta entrada de hoy es un batiburrillo sin demasiado sentido. Todas estas palabras me han salido solas, mis manos y mi corazón han escrito y no estoy dispuesta a hacer una revisión para cambiarlo todo. Hoy quiero que salga así. Pero el objetivo único de esta entrada era hacer un homenaje a todas las que me leéis. Gracias mujerazas. También quiero recordar varias entradas que les dediqué a las mujeres en su día y que a veces me gusta volver a leer: me plantan en la realidad y me recuerdan lo valiosas que somos. Me incluyo.
Clicando sobre la foto podréis leer las entradas 😉
Y nada más que decir. Ojalá el día internacional de la mujer sea en el futuro un dato anecdótico que citar para explicar a nuestros hijos.
4 Comments
Pues yo creo que esta entrada dice mucho más de lo que parece, me gusta ese «caos con sentido».
También creo que se lee menos, pero diría que se escribe más, lo cual es un poco sinsentido porque si no te leen… Y ocurre, lo veo mucho en Instagram, que mucha gente eleva a la categoría de diosas a ciertas mujeres por lo que dicen en sus post y, sin embargo, otras cuentas son muy ignoradas. A lo mejor es que hay sensibilidades con las que me siento más identificada y son minoría. Pero me entristece cuando lo veo. Diría que las mujeres escriben y leen más, y que los hombres invierten su tiempo en «alimentar otros intereses», por no decir que, sinceramente, creo que les interesa bastante poco lo que a nosotras sí lo hace. Y me pasa como a ti, no voy a disculparme por generalizar.
Hace unos días fuimos a ver la película Adú. Parecía que íbamos a estar solos en la sala hasta que de pronto un grupo de mujeres de entre 45-65 años entró en la sala. Venían juntas, unas 15. Y me pareció que aquello no tenía nada de casual y que no había visto nunca llegar (y mucho menos me imaginaba) a hombres de esa edad compartiendo una tarde de cine, viendo una película social. Ahora parece que soy yo la que desvarío, pero lo que quiero decir es que yo me siento muy orgullosa de pertenecer a este género comprometido y que me aporta una narrativa diferente a la que durante toda la vida nos ha aportado la masculina.
En días como el 8M no deberíamos hablar de «celebración» ni felicitarnos, pero pienso que sí nos ayudan a entender la manera en que, entre nosotras, nos cuidamos y nos celebramos. Hay un sentimiento muy especial en días como el 8M, por mucho que intenten envenenarlo o politizarlo.
La igualdad, creo, también empieza por esta toma de conciencia de nosotras mismas. Por leernos, por debatir, por acercarnos y hablar de nuestras experiencias. Por conquistar el espacio público.
¿Ves lo inspiradora que puede ser una entrada?
Un beso.
Ay Lidia, que pedazo de comentario y que cuántas ganas he tenido de «rascar» tiempo para contestarlo.
¿Tu crees que se escribe más? Alguna que otra bloguera que me han encantado siempre, han dejado de escribir y me ha cabreado bastante. Sobre todo porque me inspiraban y me daban también la chispa que se necesita para ponerte a escribir. Y si, que hay gente que directamente,NO DICE NADA, y sin embargo las siguen como si fuese religión, para mi es ante todo sorprendente. Lo más alucinante es que cuando pasen un tiempo sigan siguiendolas de igual modo: ¿no se aburren?
Los hombres invierten su tiempo en «alimentar otros intereses». Muy de acuerdo. Yo creo que vienen programados para pensar en ellos mismos y que se preocupan bastante poco por el otro. Con excepciones, por supuesto, pero como que sus miras y preocupaciones disminuyen bastante.
Me ha encantado la historia de esa mujeres en el cine. Es muy parecido a las que cuento en «12 minutos» y con las que disfruté tanto. Si hubiese estado en ese cine, hubiese disfrutado viéndolas. Las hubiese además observado bastante {soy bastante mirona} y hubiese ideado mil historietas distintas en mi cabeza sobre ellas. Cuando sea mayor quiero ser como ellas, tener amigas para hacer cosas interesantes y productivas para el alma, como ver Adú. Ojalá. Insisto en que me fascinan y me sorprenden constantemente las mujeres, y que las he echado tanto de menos en etapas de mi vida, que ahora son super motivadoras e inspiradoras para mi.
Para mi el 8M es como un día de unión entre nosotras, un día para recapacitar qué han hecho mujeres como nosotras antes de nosotras y qué debemos seguir haciendo para que cada día esté más cerca la igualdad que necesitamos. Está claro que algunas mujeres podrán tener más armas para luchar con más fuerza, pero todas tenemos la obligación de hacer lo que está en nuestra mano. A mi por ejemplo, me toca reeducarme en muchos aspectos en los que noto claramente mi machismo inculcado y por supuesto, no volver a implantarlos en J.
«Por conquistar el espacio público». Un día en que los personajes públicos, polític@s, escritor@s, científic@s, periodistas, empresari@s, etc, pesen lo mismo.
Gracias por escribir, como siempre, y hacer de este rincón un lugar más interesante.
Beso enorme.
Te leo casi una semana tarde pero como nosotrAs estamos todos los días del año al pie del cañón pues esta lectura/entrada vale tanto para el 8M como para cualquier otro día, es más sirve como recordatorio para no olvidar y continuar.
No sé si se leen menos blogs, o se leen más y la interacción es menor, o se escribe mucho y se lee poco…Desde mi caso personal, siempre lo digo, a mí me encanta leer blogs, siempre descubro algo interesante ya sea de libros, de curiosidades, historia…en fin como son infinitos, igual que mi curiosidad sin límite…; siempre estoy buscando alguno nuevo (en este caso, sobre todo de libros) como inspiración, relax, desconexión, aprendizaje… Esos domingos por la mañana, con la tacita de café y un poco de música buceando en busca de rincones confortables que te llevan a descubrir nuevas historias…, me parecen un pequeño paraíso, el modo zen perfecto.
Supongo que la inmediatez por todo, tiene mucho que ver con esa «desaparición», pero yo me resisto, y aunque queden poquitos (sigue habiendo un montón pero igual no buscamos lo suficiente), ahí sigo en modo cabezota.
En cuanto a hablar en femenino. Siempre intento hacerlo o utilizar palabras inclusivas…requiere más trabajo y esfuerzo pero es necesario. No hace daño a nadie, es más, creo que nos enriquece porque nos obliga a conocer un poco más nuestra lengua/lenguaje que es extensísima y muy rica.
A mí personalmente, me sienta fatal que si el público es mayoritariamente o exclusivamente femenino se hable en masculino. Es que hasta me parece una falta de educación y respeto hacia las mujeres que te están leyendo. Lo que no se nombra, no existe, y un simple cambio marca la diferencia, siempre. así que, sí entiendo perfectamente la reflexión de hoy y estoy muy de acuerdo con ella, ¡Vivan los «batiburrillos sin sentido» , como tú los llamas, pero que a mí me parece de una lucidez y claridad que más quisieran muchísimos «discursos» que he leído por ahí. En serio, M. Ángeles, hoy me has sacado una sonrisa enorme y enmarco esta entrada en favoritas para cuando la necesite como impulso 😉
Y ya no digo nada más porque creo que la que empieza a soltar frases a lo loco y sin sentido soy yo …
GRACIAS como siempre por estos ratitos, ¡y ánimo para este retiro hogareño!
¡Un besazo enorme!
Invitada estás a leerme cuando quieras, como si es un mes después, pero que estés aquí, además de ser un honor, es un punto de encuentro. Qué alegría.
Ay, esos tiempos en que llegaba el viernes por la tarde, había terminado de trabajar y estaba a muchos kms de mi casa y dedicaba horas y horas a navegar entre blogs. Siempre había algo nuevo. Ahora, creo que se publica menos, pero como bien dices, existen muchísimos, podemos seguir alimentándonos. Hace un tiempo descubrí uno que no actualiza desde hace casi dos años, pero tiene tantas cosas interesantes publicadas que aún sigo buceando en él.
Por cierto, te veo los domingo por la mañana. Disfrútalos todo lo que puedas, ¡que sean religión!
Mi compañero de trabajo, que además es amigo desde la universidad, es uno de los hombres más buenazos que conozco. Es super inteligente, pero de tan buenazo que es, esa cualidad lo define… un poquito menos. Le gusta la política, y está en un partido, y no sé si será por ello o porque le nace (no conozco a hombre más feminista), pero me ha enseñado mucho mucho de lenguaje inclusivo. Soy la primera en aceptar que me cuesta la vida. Además de ello, también me ha corregido en muchas ocasiones determinadas expresiones que han delatado mi machismo inculcado. En contra de lo que pueda parecer, se lo agradezco muchísimo, porque no me daba cuenta absolutamente de cuánto las usabas. Ahora además, me fijo más en cómo habla la gente. «Requiere más trabajo y esfuerzo», como dices, pero espero que poco a poco se haga parte de nosotros. En «expresiones inadecuadas» voy progresando adecuadamente, en lenguaje inclusivo aún me queda mucho por aprender.
«A mí personalmente, me sienta fatal que si el público es mayoritariamente o exclusivamente femenino se hable en masculino.» Me gusta. Quiero observarlo en el futuro, y si me encuentro como protagonista, evitarlo. En el blog ya lo he corregido 😉
Muy encantada de tu comentario. Me ha hecho pensar y concienciarme un poquito más por la causa. ¡Todos los días del año, por supuesto!
Besazo grande. A #quedarseencasa y sacar ratitos buenos.